NOTICIAS DE:
LOS TRASBORDADORES DE LA NASA: CAMIONES ESPACIALES
PROGRAMA ORION DE LA NASA: REGRESANDO A LA LUNA
PROGRAMA ORION DE LA NASA II
LA CONQUISTA DEL ESPACIO ORBITAL XIV
LA CONQUISTA DEL ESPACIO ORBITAL XIII
LA CONQUISTA DEL ESPACIO ORBITAL XII
LA CONQUISTA DEL ESPACIO ORBITAL XI
12 AÑOS DE
LA ESTACIÓN ESPACIAL INTERNACIONAL
Ahora son historia:
ADIOS A LOS TRASBORDADORES DE LA NASA
El Trasbordador Espacial fue el primer vehículo reutilizable del mundo, donde se hizo realidad el sueño de la ciencia ficción del viaje espacial donde los tripulante partían y regresaban en la misma nave. Esta nave estaba destinada para viajes a la órbita terrestre, con un techo máximo de 643 kilómetros de altura y un mínimo de 183 km.
Imagen: El trasbordador Discovery era ayudado en su despegue por dos enormes cohetes auxiliares recuperables de combustible sólido. Mientras que los propelentes usados por los motores de los trasbordadores en su despegue eran alojados en su gigantesco tanque externo, la única parte desechable de los trasbordadores de la NASA. Crédito: NASA
Los Trasbordadores, que despegaban como cohetes, ayudados por cohetes auxiliares que eran recuperados en el mar para ser reutilizados, regresaban a la superficie planeando como un avión. Luego de desprenderse los cohetes auxiliares, la nave continuaba el viaje impulsado sólo por sus motores principales. Con este se inyectaba en la órbita elegida hasta alcanzar una velocidad de al menos 26 000 kilómetros por hora, tras lo cual se apagaban. Volverían a ser encendidos cuando la nave tenía que frenar su velocidad orbital para cambiar su trayectoria y regresar a la superficie.
Estas naves fueron las primeras que pudieron poner y retirar satélites a la órbita terrestre. Con una capacidad de carga de varias toneladas, fueron verdaderos camiones espaciales.
Aunque fueron construidos para realizar al menos 100 misiones cada uno, alcanzaron a realizar sólo 114 realizadas en total, con lo que cumplieron apenas la tercera parte de las misiones planificadas.
Se construyeron seis trasbordadores, de los que quedaron en servicio a Julio del 2011, fecha del final de su programa, tres: Discovery, Atlantis y Endeavour.
- ENTERPRISE: Fue un trasbordador construido a fines de los 70s para pruebas de aterrizaje y nunca voló al espacio.
- COLUMBIA: Fue el primero en ser entregado al Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, en Marzo de 1979. Se destruyó durante el reingreso a la atmósfera junto a la tripulación de la misión STS 107 el 1 de Febrero, 2003.
- CHALLENGER: Entregado el Julio del 1982, se destruyó junto a su tripulación durante el lanzamiento, en Enero de 1986.
- DISCOVERY: Entregado en Noviembre de 1983.
- ATLANTIS: Entregado en Abril de 1985, cumplió la última misión, la STS en Julio 2011. Era el único capaz de subir hasta la órbita del Telescopio Espacial Hubble para sus reparaciones y actualizaciones.
- ENDEAVOUR: Construido para reemplazar al Challenger, fue entregado en Mayo de 1991.
Los trasbordadores estaban pensados para misiones de entre 5 y 16 días y podían transportar hasta 8 tripulantes, aunque las misiones utilizaban entre 5 y 7 miembros
En sus más de 20 años de uso volarono decenas de veces al espacio, transportado más de 630 orbinautas a la órbita terrestre y trasladando más de 1,5 millones de kilos de carga a la órbita.
Las naves habían sido objeto de innumerables mejorías en sus equipos, haciendo también sus vuelos menos costosos.
A pesar de sus defectos estas máquinas son espectaculares y las cifras involucradas resultan a veces difíciles de imaginar.
Incluyendo los propelentes (combustible y oxidante) líquidos y sólidos, el Discovery pesaba al momento del despegue 2 mil toneladas. Luego del lanzamiento tardaba 10 segundos en alcanzar los 240 metros de altura a una velocidad de 200 km/h. Dos minutos después, y luego de quemar la mitad de su peso en propelentes, la nave estaba a 48 kilómetros de altura viajando a unos 4 500 km/h, más rápido que una bala de rifle y acelerando rápidamente mientras que su peso dismuía. Ocho minutos y medio después del lanzamiento, el trasbordador y sus tripulantes estaban en órbita, lanzados alrededor de la Tierra a más de 26 000 km/h velocidad donde el día y la noche se suceden cada 86 minutos.
45 minutos y 30 segundos después del lanzamiento, el trasbordador llegaba a una órbita de estacionamiento de 229 por 150 kilómetros, viajando a 26.000 kiómetros por hora y dando una vuelta al mundo cada 85 minutos. Esta órbita sería posteriormente elevada hasta la altura donde orbita la Estación Espacial Internacional, 362 por 343 kilómetros (226.1 por 214.2 millas), con la que debía acoplarse.
EL TANQUE DE COMBUSTIBLE EXTERNO
Este gigantesco tanque, la única parte desechable del trasbordador de la NASA, mantenía en su interior hidrógeno y oxígeno líquidos a temperaturas bajo los 100 grados Celcius bajo cero. Para mantener tan baja temperatura debían aislarlo del cálido ambiente de Florida mediante una capa de algo parecido al plumavit. Este material, mojado por las frecuentes lluvias en Cabo Cañaveral se congelaba con las bajas temperaturas haciéndolo quebradizo, fue el culpable de la ruptura de las locetas de asilamiento en el ala del Challenger que condujeron a su destrucción.
FIN DE LAS OPERACIONES
El 8 de Julio 2011, el último trasbordador, el Atlantis, realizó el último viaje de estas grandes naves a la Estación Espacial Internacional. A su regreso se dio por terminada la flota de trasbordadores, tras lo cual Estados Unidos se quedó sin naves capaces de llevar tripulantes hasta la EEI, hasta que las futuras cápsulas, privadas o de la NASA estén operativas, posiblemente el año 2014.
Las tripulaciones estadounidenses dependerán durante esos años de las naves Soyuz rusas, las que deberán ayudar a financiar. El pasaje de los americanos en estas naves asciende a 65 millones de dólares, con lo que los estadounidenses ayudan a financiar las actividades espaciales de sus antiguos rivales de la Guerra Fría.
Aunque algunos analistas especulaban que era casi seguro que se conseguirían los fondos para mantener uno o dos trasbordadores en estado operativo, la guillotina de la crisis económica del 2008 cayó implacable sobre el programa de los transbordadores.
LAS TRIPULACIONES
Las tripulaciones están formadas por: un comandante, un piloto y varios especialistas de misión, encargados de los trabajos y los experimentos que se realizarán durante el vuelo orbital.
Cuando estaban en órbita los transbordadores tenían 16 días y noches en 24 horas, por lo que abordo se mantenía la misma hora que en Huston, Texas en terra firme. La noche de los tripulantes y el momento de descanso se establecía a las 20:38 horas EDT- Chile, cuando la tripulación pasaba a los dormitorios, consistentes en sacos de dormir pegados a la pared, en un recinto ubicado en el sector más proteguido de la nave, para protegerlos así de la radiación cósmica. La diana, consistente en una canción, era tocada ocho horas después.
EL TRAJE NARANJA
El clásico traje color naranja que los tripulantes de los transbordadores utilizan a bordo, es en realidad un completo sistema de supervivencia para el caso que algo salga mal y la tripulación deba, y pueda, abandonar la nave. Se trata de trajes a presión que incluyen un paracaídas automático que se abre a los 14 000 piés, un sistema de flotación y una radio de comunicaciones.
LAS MISIONES FINALES
Los cuatro transbordadores sobrevivientes de la flota y parte de los equipos utilizados en sus misiones serán distribuidos en diferentes centros de exhibición, destinados a motivar a las futuras generaciones de exploradores del espacio:
- Atlantis será exhibido en el Complejo de Visitas del Centro Espacial Kennedy, cerca de Cabo Cañaveral, Florida.
- Discovery irá al Centro Steven F. Udvar-Hazy del Smithsonian National Air and Space Museum en Chantilly, Virginia, cerca de Washington DC.
- Endeavour irá al California Science Center en Los Angeles, California.
- Enterprise (orbitador atmosférico de prueba), que actualmente está en el Centro Steven F. Udvar-Hazy del Smithsonian en Virginia, se trasladará al Intrepid Sea-Air-Space Museum en New York City, un inmenso portaviones anclado en el rio Hudson.
Cada una de estas instituciones debió cancelar $28,8 millones de dólares a la NASA, que fue el costo de preparar y transportar cada uno para la exhibición. Veinte museos postularon para quedarse con alguno de ellos.
La NASA vendió además a colegios unas 7 mil locetas cerámicas de las que usaban los transbordadores para aislar sus estructuras durante el reingreso a tierra firme, en poco menos de US$25 cada una para ser exhibidas.