PROGRAMA APOLLO

LAS OSCURAS SOMBRAS DE LA LUNA
Cuando los astronautas bajaron a la Luna los impresionó la inmensa oscuridad del cielo y de sus propias sombras.

(20 Febrero, 2006 Ciencia@NASA - CA) Una de las primeras frases del astronauta del Apolo 11 Neil Armstrong luego de pisar la Luna fue: "Está bastante oscuro aquí en la sombra [del módulo lunar] y me es un poco difícil ver si estoy pisando en firme", comunicó enigmáticamente a la Tierra.

¿A qué se refería, si todos los que mirábamos la transmisión del histórico descenso por televisión podíamos ver que allá estaba de mañana? (Faltaban dos días para el Cuarto Creciente).

De hecho se había calculado que los exploradores llegasen a la Luna en una hora lunar equivalente a las 07:00 de la mañana en la Tierra, cuando la luz del Sol recién comenzaba a caer sobre el Mar de la Tranquilidad donde alunizarían, de modo que la temperatura fuese lo más fresca posible.

El módulo lunar Eagle había aterrizado en el Mar de la Tranquilidad con su caja de equipos externos, un compartimiento llamado "MESA", desde donde los viajeros debían sacar los equipos que necesitaban para trabajar, en la sombra de la nave espacial. Aunque la luz del Sol caía alrededor de ellos, Armstrong y Buzz Aldrin trabajaban en la oscuridad, desplegando la cámara de TV y varias herramientas de geología.

Aquí en la Tierra podemos ver perfectamente lo que queda en las sombras producidas por el Sol. El próximo día soleado, salga al aire libre y mire su sombra. No es muy oscura, ¿verdad? Puede ver perfectamente bien todo lo que hay allí.

Es que la luz interior de su sombra proviene del cielo, ya que las moléculas de nuestra atmósfera dispersan la luz solar (azul más que rojo) en todas las direcciones, y algo de esa luz llega a su sombra.

"Sin el cielo azul, su sombra sería profundamente oscura, como un pedazo de noche persiguiéndolo por todos lados. Extraño ¿verdad?. Es exactamente lo que sucede en la Luna". Afirma el astrónomo y divulgador científico Tony Phillips de NASA.

Para tener una idea de la experiencia de los astronautas del Apolo, imagínese que el cielo se torna total y absolutamente negro mientras el Sol continúa resplandeciendo. A pesar de la negrura del cielo no puede ver las estrellas ya que su pupila está muy cerrada, adaptada a la luz del Sol. Luego se da vueltas para mirar su sombra y se da cuenta que no puede ver nada de lo que quedó bajo ella.

Algo parecido nos ocurre cuando acampando en una noche muy oscura encendemos una brillante lámpara a gas, de seguro tendremos problemas para ver lo que ha quedado en las sombras producidas por la lámpara.

Imagen: Febrero 1971, la sombra del módulo lunar Antares de la misión Apolo 14. La ausencia de atmósfera hace que las sombras en la Luna sean absolutamente oscuras, a pesar de la presencia en el cielo de un Sol resplandeciente.

"Es muy fácil ver en las sombras después de adaptarse por un rato", comentó posteriormente Neil Armstrong. Pero, añade Aldrin, "moverse hacia atrás y hacia delante desde la luz a la sombra debe evitarse, porque la demora en recuperar la capacidad de percepción (visual) le hará perder tiempo".

En realidad, las sombras de la Luna tampoco son absolutamente negras. La luz solar reflejada por el terreno lunar proporciona una débil iluminación, la cual es una fuente secundaria de luz en los cielos lunares. Con suficiente tiempo para adaptarse, un astronauta puede ver casi por todas partes.

Los futuros exploradores de la Luna podrán tambien ayudarse de pantallas reflectantes para iluminar lo que ha quedado a la sombra, como hacen los fotógrafos en la Tierra para suavizar las sombras de sus retratos.

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