Tendría un tamaño similar a la Tierra y estaría en la zona habitable.
(19 de Abril, 2014 El Pais/Science/CA) Analizando los datos legados por la sonda Kepler de la NASA, que alcanzó a observar un campo de 140 mil estrellas del Espolón de Orión, nuestro sector de la Vía Láctea, durante 4 años, se han detectado 961 planetas confirmados y 2.900 por confirmar, mediante el sistema del
tránsito, midiendo la ligerísima atenuación del brillo de una estrella cuando un cuerpo en órbita a su alrededor se cruza en la línea de visión de la Tierra.
Imagen: Ilustración del sistema planetario de la estrella Kepler-186, con cinco planetas, incluido, en primer plano, el que tiene tamaño similar al de la Tierra y está en zona habitable. Ilustración: NASA AMES/SETI INSTITUTE/JPL-CALTECH.
Entre los confirmados se destacan 69 planetas del tamaño de la Tierra, la mayoría de los demás son como Júpiter o mayores. Entre los de tamaño terrestre, sólo uno, el planeta Kepler-186f, orbita su estrella en una región donde de existir agua, esta podría estar en estado líquido.
Es el quinto planeta de un sistema planetario muy diferente al nuestro, de partida orbitan alrededor de Kepler-186, una estrella que tiene la mitad del radio de nuestro Sol y es un tercio menos brillante, cayendo en el rango de las “enanas rojas”. Tiene además la mitad de la metalicidad que el Sol, lo que significa que en ese sistema planetario hay una menor disponibilidad de elementos pesados para construir planetas y moléculas. La estrella se ubica en el hemisferio norte del cielo en la constelación del Cisne.
Con datos de los primeros dos años de la Kepler se logró comprobar la existencia de cuatro planetas alrededor de Kepler-186, a estos se las denominó Kepler-186b a Kepler-186e. Todos ellos menores que 1,5 Tierras y orbitan muy cerca de la estrella. Así K-186b completa su órbita en 3,9 días y K-186c en 22,4 días (nuestro Mercurio lo hace en 88 días). Son demasiado calientes e inhóspitos para sostener alguna forma de vida como las que conocemos, explican los investigadores del Centro Ames de la NASA y el Instituto SETI, en los que trabaja Elisa Quintana, que encabezó el equipo de descubridores.
Los científicos buscan ávidos planetas que pudiesen estar en la región donde pudiera existir vida, y aquí dicen que encontraron uno: K-186f. Se basan en el hecho que tiene 1,11 veces el radio de la Tierra y un año de 130 días terrestres, orbitando a una distancia donde recibe la tercera parte de la radiación solar que la Tierra. Esto lo pone cerca del límite exterior de lo que sería la zona de habitabilidad alrededor de la estrella Kepler-186, por lo que el agua en su superficie correría el riesgo de congelarse, pero como es algo mayor que la Tierra, su atmósfera podría ser algo más densa que la de nuestro planeta y térmicamente más aislante.
“Hay gente que llama habitables a estos planetas y, por supuesto, no tenemos ni idea de si lo son. Solo sabemos que están en una zona habitable y que es el mejor lugar para buscar planetas que realmente lo sean”, advierte el astrónomo Stephen Kane, de la Universidad del Estado del San Francisco. Él forma parte del equipo, liderado por Elisa Quintana (astrónoma de la NASA), que ha descubierto el Kepler-186f con los datos obtenidos por el telescopio Kepler. Los investigadores han logrado determinar el tamaño de Kepler-186f (1,1 radio terrestre), pero aún no conocen su masa, por lo que no pueden calcular su densidad. “Una vez que conoces la densidad media de un planeta, puedes decir si es rocoso o no”, añade Kane. El descubrimiento se publicó en la revista Science.
Kepler-186
La estrella en torno a la que gira es diferente del Sol: más pequeña, más fría, consume su combustible más lentamente y su luz es demasiado débil para ser observable a simple vista desde la Tierra. Las estrellas de este tipo, explica Kane en un comunicado de su Universidad, son abundantes en la galaxia y, en principio, serían prometedoras desde el punto de vista de buscar vida a su alrededor, porque duran mucho más que las grandes, “lo que alargaría considerablemente el plazo de tiempo en el que podrían surgir la evolución biológica y las reacciones bioquímicas en la superficie”, añade el investigador. Pero, por otra parte, estos astros tienden a ser más activos que el nuestro, con más destellos y, potencialmente, emitirían más radiación hacia los planetas.
“Una de las incógnitas más interesantes de la ciencia es si la vida puede surgir en otro planeta o, lo contrario: si es algo único del nuestro. El descubrimiento de planetas con propiedades similares a las de la Tierral es un eslabón importante en la cadena que hace falta para dar respuesta a esta pregunta”, afirma Fred Adams (Universidad de Michigan), científico del equipo.
En su caza de planetas similares al nuestro, los astrónomos habían descubierto ya algunos que, por algunas características, se ajustarían al patrón, resume Yudhijit Bhattacharjje en Science. Kepler 20e es algo más pequeño que la Tierra y gira en torno a una estrella similar al Sol, pero fuera de la zona de habitabilidad (estaría demasiado cerca del astro y, por tanto, sería demasiado caliente); Kepler-22b está en órbita de una estrella como la nuestra y en zona habitable, pero es más grande que la Tierra (2,4 veces su radio) donde la gravedad sería insoportable para los organismos conocidos; y ahora Kepler-186 f, cuyo tamaño encaja y está en zona habitable, pero la estrella no es como el Sol.
En las últimas dos décadas, desde que se descubrió el primero, los astrónomos han encontrado unos 1800 planetas extrasolares en otros sistemas planetarios. Solo 20 de ellos orbitan alrededor de sus estrellas en zona habitable, recuerda la Universidad de Michigan. Pero todos ellos eran, hasta ahora, mucho más grandes que la Tierra.
El planeta Kepler-186f ha sido descubierto con el método de los Tras ser detectado con el telescopio espacial Kepler, de la NASA, los científicos recurrieron a grandes telescopios (el Keck II y el Gemini) en Hawai para confirmar el hallazgo y desvelar algunas de sus características.