Luego de una fructífera misión, la nave será lanzada en picada hacia Júpiter, el planeta que ha estado orbitando por casi 8 años.
(22 de Septiembre, 2003 -
Spaceflightnow/ M. Montes) Ha terminado uno de los episodios más excitantes y enriquecedores de la era espacial: después de 14 años de exploración, el domingo 21 de septiembre la sonda Galileo fue programada para zambullirse, quemándose en la atmósfera de Júpiter. Su fin ocurrió a las 11:56, EDT y su última señal llegó a la Tierra 47 minutos y 14 segundos después, tras recorrer la enorme distancia que nos separa del planeta.
Imagen izquierda: Concepción artística del sobrevuelo de Io por la nave Galileo de la NASA. Ilustración de : David A. Hardy
La mañana del domingo 21 fue muy especial para muchos de los miembros del proyecto Galileo y sus familias, quienes acudieron a las instalaciones del Jet Propulsion Laboratory en Pasadena, California, para vivir sus últimos momentos y decir adiós a la máquina que tanto ha cambiado nuestra visión del sistema joviano.
Desde su lanzamiento hasta su destrucción, la Galileo recorrió 4.631 millones de kilómetros, soportando más de cuatro veces la cantidad de radiación para la que fue diseñada. La nave fue colocada en una ruta de colisión con Júpiter para evitar que por el agotamiento de su combustible de maniobras, quedara sin control de orientación, y por tanto, sin contacto con la Tierra. Los científicos querían a toda costa evitar que la Galileo pudiera caer en el futuro sobre la luna Europa contaminándola. Algunos astrobiólogos creen que allí podría haber vida, en el océano líquido que parece existir bajo su costra helada.
La Galileo fue lanzada hacia Venus en 1989, aunque su objetivo era Júpiter, a bordo del transbordador espacial Atlantis. Estaba programada para surcar los cielos varios años antes, pero el accidente del Challenger de 1986 postergó su lanzamiento y la privó del poderoso remolcador que la debía poner rumbo al sistema joviano.
Partió así empujada con un remolcador menor, por razones de seguridad, y sólo con un sobrevuelo a Venus y dos a la Tierra logró ganar la velocidad suficiente como para llegar seis años después a Júpiter el 7 de Diciembre de 1995.
En octubre de 1991 se asomó al cinturón de asteroides y nos ofreció las primeras imágenes de un asteroide (Gaspra). Menos de un año después, repitió su hazaña mostrándonos a Ida y su satélite Dactyl, otra primicia. En 1994 y antes de llegar a Júpiter, contempló el choque del cometa Shoemaker-Levy 9 contra él planeta gigante. Antes de su llegada lanzó una sonda de descenso hacia la atmósfera del planeta, recogiendo numerosa información sobre su composición y estructura, antes de ponerse en órbita alrededor de Júpiter.
Además de examinar la magnetosfera de este último y sus características físicas, la nave centró una buena parte de su atención en los satélites que lo rodean, en especial los llamados galileanos (Europa, Calisto, Ganímedes e Ío). Sus trabajos en esta área son muy conocidos y espectaculares. Por ejemplo, estudió la actividad volcánica de Ío, descubrió la presencia de un océano salado bajo la corteza de hielo de Europa (Calisto y Ganímedes podrían tenerlo también), y el campo magnético de Ganímedes.
La misión principal finalizó hace seis años. Con sus comunicaciones con la Tierra limitadas debido a la no apertura de su antena de alta ganancia, debió ocupar la antena de baja ganancia para comunicarse con la Tierra. la prolongación de la misión ha supuesto conseguir la mayor parte de la información prevista originalmente. De hecho, su trabajo alrededor de Júpiter fue extendido tres veces gracias al buen estado de sus sistemas electrónicos y a la potencia de su sistema de provisión energética.
La nave continuó aportando datos incluso durante los últimos meses de su existencia. En noviembre de 2002 sobrevoló la luna Amaltea y detectó señales de la posible existencia de restos rocosos cercanos a ella. El definitivo acercamiento a la atmósfera de Júpiter realizado el 21 de septiembre permitirá confirmar o denegar, tras el correspondiente análisis, la existencia de un nuevo anillo alrededor del planeta en las cercanías de la órbita de Amaltea.
Las últimas horas de la Galileo podrían haber sido científicamente interesantes, aunque los controladores aún no están seguros, ya que el vehículo penetró en una región de alta radiación donde sus sistemas de captación de datos podrían haber fallado. Habrá que esperar unos días para averiguarlo.
El punto de entrada sobre Júpiter quedó situado hacia un cuarto de grado al sur del ecuador joviano. El descenso incontrolado se efectuó a unos 48,2 km/s. Llega así el final de una muy exitosa aventura durante la cual se han gastado 925 kg de combustible (sin contar el lanzamiento), y se han transmitido 30 Gb de datos, incluyendo 14.000 fotografías.
Ahora la NASA ya piensa en un sucesor para la famosa nave. Un nuevo orbitador, dotado con propulsión nuclear, podría estar listo dentro de unos años para un examen muy profundo del sistema de satélites y del propio planeta. Se llamará Jupiter Icy Moons Orbiter y estará enmarcado en el programa Prometheus. Podría volar antes de que acabe la presente década.
RESUMEN DE LA GALILEO
Desarrollo: 12 años
Crucero Interplanetario: 6 años
Orbitó Júpiter: casi 8 años
Idea Original: Octubre 1977
Nombre Original: Misión Sonda Orbital de Júpiter
Costo total de la misión: $1.600 millones de dólares
Lanzada: 18 Octubre, 1989 en el Transbordador Atlantis
Catapulta en Venus: Feb. 10, 1990
Primer sobrevuelo a la Tierra: 8 Dic., 1990
Sobrevuelo al Asteroide Gaspra flyby: Oct. 29, 1991
Segundo sobrevuelo a la Tierra: Dic. 8, 1992
Sobrevuelo al Asteroide Ida: Agosto 28, 1993
Observa caída del cometa Shoemaker-Levy en Júpiter: Julio 1994
Llega a Júpiter: Dic. 7, 1995
Orbitas alrededor de Júpiter: 35
Fin misión nominal (original): Sept. 21, 2003
Desde el lanzamiento hasta el impacto recorrió: 4.631.778.000 kilómetros (2,878,053,500 millas)
Propelemte usado: (sin contar el del transbordador) 925 kilógramos (246 galones)
Envió: más de 30 Gigabytes de datos
Envió: unas 14.000 imágenes
Staff: cerca de 300 personas