REVISITANDO LA NEBULOSA DE ORION
¿Un nuevo tipo de tejido orgánico?
(6 de Julio, 2004 ESO-CA) La constelación de Orión, el Cazador, visible en los cielos de verano en el hemisferio sur, no sólo es faro celestial importante para los navegantes y aficionados a la astronomía, sino que también tiene gran importancia para los astrónomos profesionales.
Los primeros aprovechan su ubicación estratégica en el cielo, ya que Orión se orienta de Norte a Sur, teniendo su cabeza en dirección al Norte y sus pies hacia el Sur, permitiendo conocer las direcciones de los puntos cardinales sin necesidad de una brújula. Además, Mintaka, una de las estrellas que forman parte del Cinturón de Orión o Las 3 Marías, está casi sobre el Ecuador Celeste y puede servir para encontrar su latitud, si es que no cuenta con un GPS claro está. Como si esto no fuera poco, la línea de Ascensión Recta 6 horas, que pasa por el Solsticio de Diciembre, pasa raspando a Betelgeuse, o Beta Orionis, la segunda estrella más brillante de Orión.
Por lo que si está perdido con el calendario, espere a que Betelgeuse pase justo sobre su cabeza a la medianoche verdadera, que ocurre 12 horas después del mediodía verdadero, que es cuando su meridiano pasa bajo el Sol, y sabrá que está muy cerca del 21 de Diciembre y falta poco para la Navidad y la llegada del Año Nuevo.
Los aficionados que estrenan sus telescopios no deben perderse la visión de la Nebulosa de Orión, también en este maravilloso sector del cielo. Es el pequeño lucero del medio de “Las 3 Chepas”, asterismo conocido también como “La Empuñadura del Puñal de Orión”. Mirándolo por un telescopio nos daremos cuenta que no se trata de una estrella, sino de varias, que por estar tan cerca unas de otras y verse tan débiles desde aquí, nuestra vista no alcanza a "resolverlas", esto es a separarlas en sus reales componentes.
La Nebulosa de Orión, que también se conoce como el objeto Messier 42, es un vasto conjunto de gas y polvo, iluminado desde su centro por cuatro estrellas masivas y calientes: las estrellas del famoso Trapecio de Orión, que se alcanzan a ver con un telescopio pequeño.
Para los astrónomos, la Nebulosa de Orión es, sin lugar a dudas, uno de los lugares más importantes de nuestra Galaxia, ya que contiene una de las maternidades estelares más activas de la Vía Láctea. Aquí decenas de miles de estrellas de diversos tamaños se han formado en los últimos diez millones de años - un pestañeo en términos de tiempos astronómicos. Tomando como referencia a nuestro Sol, por ejemplo, se formó hace 4.600 millones de años y todavía no llega a la mitad de su vida.
De hecho, la Nebulosa de Orión, ubicada a una distancia de 1500 años luz, juega un rol tan importante en la astrofísica, que se puede afirmar que nuestra comprensión sobre la formación de las estrellas se debe en gran parte a lo aprendido con la Nebulosa de Orión.
No es entonces una sorpresa que la Nebulosa de Orión sea uno de los objetos más estudiados del cielo nocturno.
La riqueza del cúmulo estelar dentro de la Nebulosa de Orión la hace un objetivo único para las imágenes de alta resolución y campo amplio. Un equipo internacional de astrónomos liderados por Massimo Robberto (European Space Agency y Space Telescope Science Institute), utilizó la Cámara de Campo Amplio (WFI en inglés), una cámara digital con 67-millones de pixeles, instalada en el telescopio ESO/MPG 2.2m del Observatorio de La Silla, en Chile, para obtener imágenes de larga exposición de esta región. La imagen de arriba muestra una imagen compuesta, en colores falsos, obtenida en cuatro longitudes de ondas posteriormente combinadas.
Entre otras cosas, estas observaciones le permiten a los astrónomos medir la cantidad de masa que cae hacia las estrellas jóvenes (las relaciones de masa de acreción) y determinar si esto depende de las posición de las estrellas en el cúmulo. Si este fuera el caso, indicaría que las etapas finales de la formación estelar están influidas por la cantidad de radiación ionizante que proviene de las estrellas más masivas.