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DESCUBREN PRECURSORES DE AMINOACIDOS EN SISTEMA SOLAR EN FORMACIÓN

Ingredientes del DNA y Proteinas en joven estrella

Concepción artística de un sistema solar en formación. Crédito: Spitzer/NASA.(2 Enero, 2006 Spitzer/NASA - CA) Astrónomos que trabajan con el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, han descubierto algunos de los ingredientes más básicos de la vida en el polvo que gira alrededor de una estrella joven. Las moléculas - precursores gaseosos del DNA y la proteina - fueron detectadas en la zona de formación de los planetas terrestres, una región donde se piensa que deben formarse planetas rocosos como la Tierra.

Es la primera vez que se descubren estos gases, llamados acetileno e cianuro de hidrógeno, en una zona de planetas terrestres fuera del nuestro.

“Este sistema recién formado luce muy parecido a lo que debe haber sido el nuestro, hace miles de millones de años, antes de que la vida surgiera sobre nuestro mundo”, dijo Fred Lahuis del Observatorio Leiden en Holanda y del instituto holandés SRON, de investigación espacial. Lahuis es el autor principal del artículo que será publicado en el número del 10 de enero de 2006 en Astrophysical Journal Letters.

Lahuis y sus colegas detectaron los gases orgánicos (es decir, con contenidos de carbono) alrededor de una estrella llamada IRS 46 ubicada a unos 375 años luz, en la constelación de Ofiuco.

Esta constelación alberga una enorme nube de gas y polvo que está en proceso de convertirse en un enorme “maternidad” estelar. Al igual que la mayoría de las estrellas jóvenes que allí se encuentran, IRS 46 está rodeada por un disco achatado de gas y polvo donde finalmente podrían formarse aglomeraciones de materiales condensados que se convertirían finalmente en planetas.

Cuando los astrónomos sondearon el disco de esta estrella con el poderoso espectrómetro infrarrojo de Spitzer, se sorprendieron al encontrar los “códigos de barra” moleculares de grandes cantidades de gases de acetileno y cianuro de hidrógeno, así como de dióxido de carbono. El equipo observó 100 estrellas jóvenes similares, pero una sola de ellas, IRS 46, mostraba inequívocos signos de esta mezcla orgánica.

“El disco de la estrella estaba orientado en la dirección justa como para permitirnos atisbar lo que había allí”, dijo Lahuis. Los datos de Spitzer revelaron también que los gases orgánicos estaban calientes. Tan calientes, de hecho, que muy probablemente están localizados cerca de la estrella, a aproximadamente la misma distancia que está ubicada la Tierra de nuestro Sol.

“Los gases están a muy alta temperatura, muy cerca de o ligeramente sobre el punto de ebullición del agua aquí en la Tierra”, dijo el Dr. Adwin Boogert del Instituto de Tecnología de California en Pasadena. “Estas altas temperaturas ayudaron a precisar la localización de los gases en el disco”.

Gases orgánicos tales como los descubiertos alrededor de IRS 46 se encuentran también en nuestro propio sistema solar, en las atmósferas de los planetas gigantes y en la luna de Saturno, Titán, así como en las superficies heladas de los cometas. También han sido observados alrededor de estrellas masivas por el Observatorio Espacial Infrarrojo de la Agencia Espacial Europea, aunque se cree que estas estrellas son menos propensas que las estrellas tipo Sol para la formación de planetas capaces de albergar vida.

Aquí en la Tierra, se cree que estas moléculas llegaron hace miles de millones de años, posiblemente a través de cometas o de polvo cometario que “llovió” desde los cielos. El acetileno y el cianuro de hidrógeno se combinan en la presencia de agua para formar algunas de las unidades químicas de los compuestos más esenciales para la vida, el ADN y las proteínas. Estas moléculas son algunas de los 20 aminoácidos que componen las proteínas y una de las cuatros bases químicas que conforman el ADN.

“Si en tubo de ensayo se introducen cianuro de hidrógeno, acetileno y agua y se les da una superficie apropiada en donde puedan concentrarse y reaccionar, se obtiene una gran cantidad de compuestos orgánicos entre los que se incluyen aminoácidos y una base purina de ADN denominada adenina”, dijo el Dr. Geoffrey Blake de Caltech, un co-autor del artículo. “Y ahora, podemos detectar estas mismas moléculas en la zona planetaria de una estrella que se encuentra a cientos de años luz de nosotros”.

Observaciones posteriores realizadas con el Telescopio W. M. Keck, en la cima del Mauna Kea en Hawai, confirmaron los hallazgos de Spitzer y sugirieron la presencia de vientos estelares que emergen de la región interior del disco de IRS 46. Este viento expulsará elementos del disco, aclarando el camino para la posible formación de planetas tipo Tierra.

Concepción artística de un sistema solar en formación. Crédito: Spitzer/NASA.



Astronomy Image: black hole (21 Enero, 2005 Sciam-CA) Ya se sabía que en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea reside un agujero negro supermasivo, conocido como Sagitario A* (Sgr A*). Lo que no se había confirmado aún, es que está acompañado por un enjambre de agujeros negros menores que lo rodean, que se han acumulado allí a lo largo de miles de millones de años.

Estos resultados fueron presentados a comienzos de esta semana, en la reunión anual de la American Astronomical Society llevada a cabo en San Diego, Califoprnia. Los resultados sugieren que eventualmente los agujeros negros menores caerán en Sgr A*, aumentando su tamaño y ayudando a los astrónomos a entender mejor la forma como crecen los agujeros negros semejantes.

Michael Muno de la U. de California de Los Angeles y sus colegas, analizaron información recogida por el Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA cerca de Sgr A*. El equipo revisó información de todas las Fuentes de Rayos X situadas dentro de 70 años luz alrededor de Sgr A*, buscando aquellas que tuviesen las características de agujeros negros y estrellas de neutrones en sistemas binarios, descubriendo 4 fuentes a sólo 3 años luz del agujero negro central.

Los modelos anteriores predecían que habría menos que una oportunidad en cinco que un objeto semejante pudieses ser hallado tan cerca de Sgr A*. Muno afirmnó que: "La alta concentración observada de estas Fuentes i implican que una gran cantidad de agujeros negros y estrellas de neutrones se han depositado en el centro de la Galaxia. El equipo estima que es possible que más de 10 mil agujeros negros de tamaño estelar y estrellas de neutrones pueden estar revoloteando alrededor de Sgr A*.






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Discos formados por choques de cuerpos rocosos(19 Octubre 2004, NASA – CA) Astrónomos que trabajan con el Observatorio Espacial Infrarrojo Spitzer de la NASA, anunciaron hoy que han comprobado que los planetas se forman en un largo período de choques masivos de cuerpos tan grandes como montañas y cordilleras

El telescopio, que ve en la frecuencia del infrarrojo y puede captar fuentes de calor de baja temperatura, detectó nubes de polvo sorprendentemente grandes alrededor de varias estrellas. Lo más posible es que estas nubes aparecieran luego que planetesimales embrionarios chocaran entre sí.

Lo más posible es que la Luna se formara luego que un planeta del tamaño de Marte chocó con la Tierra hace 4.500 millones de años atrás, la misma época en la que cayeron sobre la Luna, y la Tierra grandes cantidades de asteroides, cuyas huellas aun se ven en la superficie de la Luna.

Antes de los resultados anunciados hoy, los astrónomos pensaban que las circunstancias de la formación planetaria era menos caótica.

El Spitzer observó los restos de estas colisiones con su ponderosa visión infrarroja. Cuando los planetesimales, los núcleos rocosos de planetas como la Tierra o Marte, chocan, se piensa que pueden fundirse en un planeta mayor, o saltar en pedazos. El polvo generado por estos eventos es calentado por la estrella del sistema y brilla en el infrarrojo.

El grupo, encabezado por el Dr. George Rieke de la Universidad de Arizona, observaron una gran variedad de ambientes de formación planetaria. Utilizando información obtenida por telescopios terrestres y por el fenecido Observatorio Infrarrojo Espacial Europeo, buscaron discos de polvo alrededor de 266 estrellas cercanas, del mismo tamaño, del doble y del triple de la masa del Sol, y de varias edades. Se encontró que 71 de estas estrellas tienen discos, presumiblemente con planetas en diversas etapas de su formación. Pero en lugar de ver que los discos desaparecen en las estrellas más viejas, los astrónomos observaron, en algunas oportunidades, justo lo opuesto.

“Pensamos que las estrellas jóvenes, con edades de alrededor de un millón de años, tendrían discos grandes y brillantes, y que estrellas de 10 a 100 millones de años, tendrían discos más débiles", dijo Rieke. "Pero encontramos que algunas estrellas jóvenes no tenían y algunas estrellas viejas tienen discos masivos".

Esta amplia variedad implica que los discos de formación planetaria, pueden ser reabastecidos de polvo a lo largo de cientos de millones de años después que la estrella anfitriona se ha formado. La única forma de producir esta enorme cantidad de polvo es a través de grandes colisiones", dijo Rieke.

Antes de las observaciones del Spitzer, solo se habían observado unas pocas docenas de discos de formación planetaria, alrededor de estrellas de unos pocos millones de años de existencia. Su visión sensible al infrarrojo le permite sentir el débil calor de miles de discos de diversas edades.




(14 Junio, 2005 Instituto Carnegie - CA) Un grupo de astrónomos dirigidos por Paul Butler del Carnegie Institution of Washington, y uno de los mayores cazadores de planetas extrasolares del planeta, ha informado del descubrimiento un planeta con una masa 7,5 veces la de nuestra Tierra que gira alrededor de la estrella Gliese 876, acompañando a dos planetas gigantes tipo super Júpiter descubiertos anteriormente.

Se ha calculado que el planeta, llamado provisoriamente Gliese 876 C, debe tener el doble del radio de nuestro planeta, lo que lo transforma en el primer planeta rocoso descubierto en una estrella distinta al Sol, se trata de Gliese 876 una estrella roja enana, del tipo de estrellas más abundantes en la Galaxia. Está ubicada a 15 años luz de distancia en dirección de la constelación de Acuario. Otros dos planetas pequeños y rocosos fueron descubierto alrededor de estrellas pulsares, que los esterilizan con su potente radiación.

Los otros 150 planetas extrasolares descubiertos hasta ahora, orbitando alrededor de estrellas normales son mayores que Urano, un gigante de hielo unas 15 veces más pesado que nuestra Tierra.

"Estamos empujando los límites de lo que podemos detectar, y nos acercamos cada vez más al momento que seremos capaces de detectar planetas como la Tierra", dijo Steven Vogt, un miembro del equipo.

"Los resultados de hoy son un paso importante para responder una de las preguntas más profundas que la humanidad puede formularse: ¿Estamos solos en el Universo?” dijo Michael Turner, un científico de la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos, que financió la investigación.

A Gliese 876 se le habían descubierto anteriormente dos planetas gigantes del tamaño de Júpiter. El planeta descubierto gira alrededor de la estrella cada 2 días, por lo que está tan cerca que la temperatura en su superficie posiblemente se empina sobre los 400 ° Celsius.

El planeta tiene una masa límite de 5,9 masas terrestres, orbita a Gliese 876 con un periodo orbital de 1,94 días y una distancia a la estrella de 0,021 unidades astronómicas (AU), o 3 millones de kilómetros. Se supone que es rocoso ya que su baja masa le impide acumular material como lo hizo Júpiter.

Se responde así a la pregunta que se hizo hace 2 mil años los filósofos griegos Aristóteles y Epicuro, sobre la existencia de otros planetas como el nuestro. Un artículo con los resultados de la investigación serán publicados en la revista The Astrophysical Journal.

Butler y Geoff Marcy, de la UC de Berkeley, detectaron el primer planeta, Gliese 876 A, en 1998; que resultó ser un planeta gigante de gas, con el doble de la masa de Júpiter. Luego el año 2001, informaron que la estrella tenía un segundo planeta, Gliese 876 B, también de gas, con la mitad de la masa de Júpiter. Los dos en órbitas resonantes, el más lejano tarda 60 días en completar una órbita, el doble del planeta gigante interior.

Observaciones posteriores realizadas en Gliese 876 hace tres años por los astrónomos Lissauer y Rivera utilizando el telescopio Keck de Hawaii, mostraron que la estrella podría tener un tercer planeta menor, cuyos efectos no habían sido detectados anteriormente. Confirmaron su descubrimiento con el mismo telescopio.

Los nuevos datos, que registran los leves movimientos inducidos en la estrella por sus planetas a medida que orbitan a su alrededor, demuestran que el nuevo planeta orbita la estrella muy cerca, a unos 10 radios estelares. Menos de un décimo del tamaño de la órbita de Mercurio en nuestro Sistema Solar, por lo que debe ser muy parecido a este: un compacto planeta de roca con un núcleo de hierro y níquel.

Debido a su gran tamaño, tiene la gravedad suficiente como para mantener una atmósfera, posiblemente de vapores de agua recalentados.

Para su descubrimiento utilizaron el Nuevo equipo detector CCD (charge coupled device) del espectrómetro HIRES del Keck, capaz de detector la velocidad Doppler de la estrella hasta un metro por Segundo - la velocidad de un humano caminando -anteriormente la velocidad radial capaz de ser detectada era de 3 metros por segundo. Este aumento en la sensibilidad permitirá a los cazadores de planetas detector los efectos gravitacionales de un planeta como la Tierra dentro de la zona habitable de estrellas enanas rojas como Gliese 876.

Pero el avance científico del grupo no termina allí, realizaron un modelo computacional dinámico de la forma como los dos planetas mayores interactúan, Lissauer, Rivera y Laughlin determinaron la inclinación del plano orbital del sistema planetario de Gliese 876, unicamente observando los efectos Doppler de la estrella. Su luz se corre hacia el azul, cuando la estrella es tironeada en la dirección de la Tierra y roja cuando se aleja.

Calcularon las formas de las órbitas y las tasas de precesión en sus órbitas ovales. La Precesión es el lento movimiento del eje mayor de las órbitas elípticas de los planetas. Demostraron que la inclinación del plano orbital es de 40° con nuestra línea de visión.

El grupo de cazadores de planetas, ya ha comenzado a observar y estudiar otras estrellas enanas tipo M con los instrumentos del Keck.

"Hasta el momento casi no hemos encontrado planetas con la masa de Júpiter entre las enanas M que hemos observado, lo que sugiere que es possible que encontremos una gran población de planetas de menor masa", vaticinó Butler.




Está mirando la imagen del primer planeta extrasolar fotografiado, orbita una estrella enana marrón. Crédito: VLT/ESO. (2 Mayo, 2005 ESO-Science-CA) Un grupo de astrónomos europeos y estadounidenses, han utilizado el sistema NACO de óptica adaptiva en el telescopio VLT Yepun de 8,2 metros de la ESO, en el Observatorio de Cerro Paranal en Chile, para obtener la primera imagen de un planeta extrasolar, este orbita una estrella tipo enana marrón ubicada a unos 150 años luz de distancia.

Se trata de la estrella 2MASSWJ1207334-393254 (2M1207A) que se encuentra al norte de la constelación del Centauro y que pertenece a la Asociación TW Hydrae, un conjunto de 12 jóvenes estrellas enanas formadas en los últimos 10 millones de años. Varias de estas estrellas muestran discos de polvo alrededor de su ecuador, un indicador que allí pudiesen haberse formado planetas o que éstos estén en proceso de evolución.

Imagen: El primer planeta fotografiado fuera de nuestro sistema solar (a la izquierda abajo) orbita alrededor de una estrella enana marrón (al centro) a una distancia que es casi el doble de la distancia entre Neptuno y el Sol. La imagen fue obtenida por tres exposiciones tomadas en infrarrojo cercano (en las bandas H, K y L) con el sistema NACO de óptica adaptiva en el telescopio VLT Yepun de 8,2 metros telescope de la ESO en el Observatorio de Cerro Paranal en Chile.

Las excelentes imágenes fueron conseguidas haciendo pasar la, luz de la estrella por el instrumento NACO del telescopio VLT Yepun, que con su espejo flexible es capaz de compensar el centelleo de las estrellas producto de la dispersión de su luz por efecto de la atmósfera. Las imágenes muestran que la estrella 2M1207A tiene un planeta compañero, que en las imágenes se ve como un pequeño punto rojo, llamado 2M1207b. Este planeta tiene unas 5 veces, o menos, la masa de Júpiter y orbita a una distancia de la estrella dos veces la de Neptuno al Sol.

Para asegurarse que no se tratase de un objeto lejano y que por casualidad pareciera estar cerca de la estrella, los astrónomos realizaron 3 observaciones separadas durante un año, comprobando que el objeto se mueve junto a la estrella y que ambos objetos están unidos por la gravedad.

El origen las estrellas de la Asociación TW Hydrae es un misterio, ya que no se aprecian nubes cercanas que pudiesen indicar el lugar de su nacimiento, y sus miembros se encuentran dispersas unos 20° en el cielo, moviéndose lentamente en una extensión radial de 60 años luz, haciendo difícil determinar su origen.

Debido al largo período orbital de 2M1207B, alrededor de 2M1207A deberán pasar décadas de observación para poder determinar su órbita con precisión

Para diferenciar los planetas gigantes de las estrellas enanas marrón, la Unión Internacional de Astrónomos ha recientemente definido que las últimas son objetos son objetos cuyas masas son mayores de 13,6 Masas de Júpiter, suficientes para generar la combustión del deuterio.

Para obtener estas imágenes los astrónomos hicieron sus observaciones en el infrarrojo cercano, longitud de onda donde la estrella principal brilla sólo 100 veces más que el planeta. En la longitud de onda de la luz visible la diferencia puede ser de millones de veces, haciendo imposible su detección.

El espectro luminoso de 2M1207b muestra la fuerte señal de la presencia de moléculas de agua.

En el equipo participaron los astrónomos Benjamin Zuckerman, de la UCLA y miembro del Instituto de Astrobiología de la NASA, Anne-Marie Lagrange y Jean-Luc Beuzit, del Instituto de Astronomía de Grenoble, Francia.

Para el astrónomo de la ESO Gael Chauvin, director del grupo descubridor: “Las inusuales propiedades del sistema 2M1207, indican que este planeta gigante no se formó como los planetas del sistema solar”. Según los modelos actualmente aceptados éstos se formaron por acreción de material condensado en un disco alrededor de la estrella, 2M1207b se formó como el Sol, directamente por el colapso gravitacional de un sector de la misma nube de gas y polvo que dio origen a la estrella principal.




¡Efectivamente estaban allí!

 Ilustración de un planeta extrasolar (23 Marzo, 2005 NASA - CA) Por primera vez se logra captar directamente la luz de dos planetas que no pertenecen a nuestro sistema solar. El mérito le corresponde a los científicos que trabajan con el Telescopio Espacial Infrarrojo Spitzer de la NASA. Este instrumento es capaz de ver el Cosmos en luz infrarroja, un tipo de luz invisible para nuestros ojos (sin embargo podemos detectar algunas frecuencias de infrarrojo a través de la pìel).

Se abre, con este instrumento y otros que vendran en el futuro, un nuevo campo para la astronomía, que estudiará directamente los "planetas extrasolares", midiéndolos y comparándolos.

"Es fantástico", dijo el Dr. David Charbonneau del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, Cambridge, Mass., EEUU, cabeza de uno de los nuevos estudios recién dados a conocer. "Hemos estado buscando esta luz por casi 10 años, desde que se descubrió el primer planeta extrasolar. El estudio de Charbonneau sera publicado en el próximo número de la revista Astrophysical Journal. El otro planeta apareció ayer en la página online de la Revista Nature.

Los planetas extrapolares han sido descubiertos indirectamente, utilizando la técnica de las "variaciones en la velocidad orbital" o a través de su "tránsito" frente a la estrella , que es el caso de los dos observados directamente por el Spitzer. En el primer método el planeta se detecta por los remolques gravitacionales que ejercen sobre su estrella. En el segundo la presencia del planeta se infiere cuando pasa frente a la estrella, produciendo una disminución de su luminosidad. Ambas estrategias utilizan telescopios tradicionales que observan el luz visible y permiten deducir la distancia a la estrella, masa y el tamaño del planeta observado.

En los descubrimientos recientes, el Spitzer ha observado directamente el tibio resplandor infrarrojo de dos planetas del tipo "Júpiters calientes", designados como HD 209458b y TrES-1. Se trata de planetas extrasolares gigantes de gas que zumban en veloces órbitas muy cerca de sus estrellas madres. Desde sus cálidas órbitas, absorben abundante luz estelar, por lo que alcanzan a brillar intensamente en las longitudes de las ondas infrarrojas. En infrarrojo, la diferencia entre la radiación proveniente de la estrella y el planeta es mucho menor que en la luz visible, ya que el planeta emite su propia luz en esta frecuencia.

Para poder distinguir el resplandor del planeta del de las calientes estrellas, los astrónomos utilizaron un truco simple. Primero usaron el Spitzer para reunir la luminosidad total de la estrella y el planeta respectivos. Luego, cuando los planetas, siguiendo sus órbitas, quedan tras las estrellas, los astrónomos miden la luz infrarroja proveniente de las estrellas. Esto permite conocer exáctamente cuanta luz infrarroja proviene de los planetas.

Los datos obtenidos permitieron concluir que la temperatura de ambos planetas es de al menos 1 000 Kelvin (727 grados Celsius, 1 340 Fahrenheit). Medidas que confirman que efectivamente los Júpiters calientes son muy calientes. Las próximas observaciones a realizarse con el Spitzer, observando un rango mayor de frecuencias infrarrojas permitirán reunir información acerca de sus composiciones atmosféricas y vientos planetarios.

Aunque no fue diseñado para ésto, el Spitzer es capaz de estudiar las emisiones de planetas que se cruzan frente a estrellas del tamaño de nuestro Sol a distancias de unos 500 años luz. El año 2016, la NASA lanzará al espacio, el telescopio coronógrafo Terrestrial Planet Finder, capaz de ver directamente planetas extrapolares del tamaño de la Tierra.

Lea sobre el Spitzer en español.




(3 de Septiembre TPS - CA) La Sociedad Planetaria, organización fundada por Carl Sagan para promover la exploración del Sistema Solar, y que actualmente apoya y auspicia la búsqueda de inteligencia extraterrestre, ha emitido un comunicado donde el jefe científico del SETI@home Dan Werthimer de la Universidad de Berkeley, califica como exagerados los informes aparecidos en la prensa en los días recientes sobre el descubrimiento de una civilización extraterrestre por el proyecto SETI@home son altamente exagerados.

Imagen arriba: El mapa del cielo muestra los lugares donde se realizaron las reobservaciones que se llevaron a cabo en Marzo del año 2003. Las zonas azules representan areas del plano de la Vía Láctea, la franja azul del cielo, vista desde Arecibo. Los cuadrados indican las señales candidatas revisitadas durante las sesiones de reobservación.

La ola de informes fue iniciado por un artículo de la Revista New Scientist, donde informaba sobre la señal más prometedora descubierta por SETI@home especulando sobre sus posibles orígenes.

Al igual que las 5 mil millones de señales captadas por SETI@home, a la señal SHGb02+14a esta se le asignó un código numérico que representa sus posibilidades estadísticas que se trate efectivamente de una señal extraterrestre inteligente. Su relativamente alta calificación la situó entre los 200 "más altos candidatos" seleccionados para sesiones de reobservación.

Estas se llevaron a cabo en Marzo del año 2003, con la mayor antena de radio del mundo, la del Observatorio de Radio de Arecibo, de 305 metros de diámetro ubicado en Puerto Rico. De todos los candidatos observados durante la sesión, el SHGb02+14a fue uno de los pocos confirmados durante las reobservaciones, y el único cuyo puntaje subió al final de éstas.

Mientras que esto hace del registro SHGb02+14a algo interesante, las posibilidades que se trate efectivamente de una señal extraterrestre inteligente siguen siendo extremadamente escasas. Sin embargo, debido a que esta señal se desplaza rápidamente en el cielo hace que sea extremadamente improbable que se trate de una transmisión de extraterrestres.

Debido a este desplazamiento, explicó Werthimer, "si hubiésemos observado el cielo pocos segundos después no lo habríamos encontrado". Una señal que se desplaza tan rápido que puede ser escuchada solo por algunos segundos en cada oportunidad, por pura suerte, es muy difícil que sea vehículo de un mensaje de una civilización avanzada.

En Arecibo, el radiotelescopio gigante sigue explorando el cielo, buscando una civilización extraterrestre, mientras que alrededor del mundo, millones de personas procesan datos en sus computadores personales. La búsqueda de inteligencia extraterrestre continua a toda velocidad, pero hasta el momento no hay noticias.



La Tierra (7 Agosto, 2004 - ROYAL ASTRONOMICAL SOCIETY - CA) Todos sabemos que la Tierra es un planeta muy especial dentro del Sistema Solar, y que está especialmente adecuado para la vida, a diferencia de otros:

  • Es un planeta de metal y roca, compuesto fundamentalmente de silicatos y hierro.
  • Es sólida, es decir tiene una superficie donde se pudo desarrollar la vida.
  • Está a la distancia justa del Sol para que pueda existir agua en estado líquido, lo que facilita que tengamos una temperatura apta para la vida.
  • Es en realidad un planeta doble, ya que cuenta con una inmensa compañera celestial como la Luna, que ha estabilizado la inclinación de su eje de rotación y por ende la cantidad de energía que recibe del Sol.
  • Tiene la justa proporción de minerales que permiten la existencia de tectónica de placas, algo único entre los planetas terrestres, por lo menos en este sistema planetario.
  • Por la adecuada combinación de temperatura y presión atmosférica, que permite que el agua pueda existir en estado líquido.

    Tanto es así que no se ha detectado la existencia de algún tipo de vida en ninguno de los demás planetas o lunas del Sistema Solar, fuera de la Tierra.

    Sin embargo ahora al parecer resulta que no sólo nuestra Tierra es única, sino que la existencia de los planetas de roca y metal, sería una particularidad muy especial de éste Sistema Solar.

    NADA IGUAL

    A partir de la década de los 970s tomó fuerza una rama de la astronomía que hasta ese momento permanecía como algo reservado a los astrónomos demasiado audaces: la búsqueda de planetas extrasolares.

    El descubrimiento que la estrella 51 Pagasi en 1995 tenía un sistema planetario girando a su alrededor, inauguró una nueva era para esta especialidad. Surgieron diversos programas y se prepararon instrumentos especiales con los que se han estudiado miles de estrellas vecinas semejantes al Sol.

    Hasta el momento se ha descubierto que hay por lo menos unas 108 estrellas con sistemas planetarios.

    SE ALEJA... SE ACERCA

    A las enormes distancias a las que se encuentran las estrellas y considerando la enorme diferencia de brillos, entre una estrella que genera grandes cantidades de luz y un planeta opaco y que sólo puede reflejar la luz que recibe de su estrella, no es posible ver directamente los planetas con los instrumentos actuales, por lo que los astrónomos cazadores de planetas extrasolares utilizan la velocidad radial que muestra el planeta visto desde la Tierra, esto es su acercamiento y alejamiento de nosotros, medido a través del efecto Doppler. Estas variaciones serían inducidas por el tironeo gravitacional que los planetas ejercen sobre la estrella. (Júpiter y Saturno son capaces de sacar al Sol de su sitio una vez su diámetro).

    Para ello se utilizan sofisticados espectroscopios, capaces de detectar los movimientos que induce un planeta del tamaño de Urano.

    Si bien podríamos estar contentos al saber que al menos 100 estrellas también tendrían sistemas planetarios, esto está lejos de ser así. Con las evidencias obtenidas hasta hoy, es posible que nuestro sistema solar sea fundamentalmente diferente de la mayoría de los sistemas planetarios existentes alrededor de otras estrellas debido a que se formó de una forma distinta. Si este fuera el caso, los planetas como la Tierra serían muy raros.

    Después de examinar las propiedades de más de 100 sistemas planetarios extrasolares y determinando dos formas en los cuales los sistemas planetarios podrían formarse, el grupo formado por el Dr Martin Beer y el Profesor Andrew King de la Universidad de Leicester, el Dr Mario Livio del Instituto del Telescopio Espacial y el Dr Jim Pringle de la Universidad de Cambridge han advertido sobre la posibilidad que nuestro sistema solar sea especial, en un artículo que será publicado en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society.

    En nuestro sistema solar, las órbitas de todos los planetas mayores son casi circulares, y los cuatro planetas gigantes están a considerables distancias del Sol. Mientras que los planetas extrasolares detectados hasta el momento - todos gigantes semejantes a Júpiter - están comparativamente mucho más cercanos a sus estrellas respectivas y sus órbitas son casi todas altamente elípticas y muy elongadas.

    "Hay dos explicaciones principales para estas observaciones", afirma Martin Beer. "La más curiosa es que los planetas pueden formarse por más de un mecanismo y, los astrónomos, al asumir como hasta hoy que todos los planetas se forman básicamente de la misma forma - están en un error".

    Según el modelo tradicional desarrollado para explicar el sistema solar, los planetas gigantes, como Júpiter, se forman alrededor de núcleos rocosos, como la Tierra, que con su gravedad captan grandes cantidades de gas de sus alrededores en los sectores lejanos y fríos de un vasto disco de material. Los núcleos rocosos cercanos a la estrella madre no pueden catar gases debido a que en esos sectores la temperatura es muy alta para que éste pueda existir y permanecen como planetas de roca, como la Tierra.

    Actualmente la teoría alternativa más popular es que los planetas gigantes pueden formarse directamente a partir del colapso gravitacional. En este escenario, los núcleos rocosos - potencialmente semejantes a la Tierra - nunca llegan a formarse. Si se aplica esta teoría a los sistemas planetarios detectados hasta el momento, se puede esperar que ninguno de ellos tengan un planeta semejante a la Tierra habitable por vida del tipo con la que estamos familiarizados.

    Advierten eso sí, que estas conclusiones son preliminares y que podría haber otra explicación por la diferencia entre los sistemas planetarios descubiertos y el sistema solar. Las técnicas utilizadas no permiten aun la detección de un sistema planetario similar al nuestro alrededor de otra estrella, por lo que un efecto de selección podría estar distorsionando los resultados - como si un pescador determinara que todos los peces miden más de 15 centímetros debido a que ese es el tamaño de los agujeros de su red.

    Pasarán otros 5 años, o más, antes que los astrónomos tengan la capacidad de decidir cual explicación es la correcta. Mientras tanto, la información disponible abre la posibilidad que nuestro sistema solar sea muy diferente de los demás sistemas planetarios.



    CON TELESCOPIO HUBBLE FOTOGRAFIAN PLANETA EXTRASOLAR
    (Mayo 2004) Aunque aun debe ser confirmado, el Telescopio Espacial Hubble de la NASA podría haber establecido un nuevo record al fotografiar por primera vez un planeta extrasolar. Utilizando una cámara infrarroja, el aparato captó directamente la presencia del objeto orbitando alrededor de la estrella.

    A pesar que se conoce la existencia de más de 120 planetas fuera del Sistema Solar, ninguno de ellos ha sido visto directamente y se han detectado por los efectos gravitacionales que tienen en sus estrellas madres.

    La imagen fue obtenida por un equipo de la Universidad Estatal de Pennsylvania, EEUU que aun mantiene en reserva la ubicación de la estrella. Si el objeto es un planeta, sería entre 5 y 10 veces mayor que Júpiter, y estaría a unos 100 años luz de la Tierra. Su órbita tiene el tamaño de la de Neptuno, y orbita a unos 4.500 millones de kilómetros de su estrella.

    Es prácticamente imposible fotografiar un planeta directamente, ya que el brillo de la estrella, miles de millones de veces mayor, impide ver objetos oscuros cercanos y relativamente pequeños, como los planetas. Sin embargo en la frecuencia de la luz infrarroja, la diferencia de brillos se reduce, incluso el planeta puede llegar a brillar más que la estrella.



    DEMASIADO CERCA: EL HUBBLE DESCUBRE UN PLANETA EVAPORANDOSE

    (12 de Marzo, 2003 - NASA) Una confirmación de la existencia de los "Júpiter calientes", un tipo de planetas que orbita sus estrellas a muy corta distancia, consiguió un grupo de astrónomos europeos mediante el Telescopio Espacial Hubble de la NASA. Por primera vez se ha observado la atmósfera de un planeta extrasolar evaporándose en el espacio.

    Imagen Izquierda: La ilustración de un artista muestra un primer plano del planeta en desgracia HD 209458b orbitando una estrella similar al Sol a sólo 6 millones de kilómetros. El planeta es del tipo de los "Júpiter calientes".

    El planeta en apuros se llama HD 209458b y orbita a sólo 7 millones de kilómetros de una estrella amarilla tipo solar en una órbita de 3,5 días. La observación del Hubble revela una gran atmósfera caliente y dispersa de hidrógeno atómico alrededor del planeta. Este inmenso envoltorio de hidrógeno se deforma de la misma manera que las colas de los cometas, orientándose hacia el lado nocturno del planeta. La Tierra tiene una cola similar, también de gas de hidrógeno que escapa, pero a una tasa mucho menor. Este hidrógeno proviene de moléculas de agua que son destruidas en la estratosfera por la radiación ultravioleta.

    El equipo de astrónomos dirigido por Alfred Vidal-Madjar del Institut d'Astrophysique de Paris, CNRS, Francia, publicará el hallazgo en la Revista NATURE del 13 de Marzo. "Estábamos asombrados cuando descubrimos que la atmósfera de hidrógeno se extendía por 200.000 kilómetros en el espacio” dijo Vidal-Madjar. Unas dos terceras partes de la distancia entre la Tierra y la Luna.

    HD 209458b está muy cerca de su estrella como para ser fotografiado directamente. Sin embargo los astrónomos pudieron observar al planeta indirectamente cuando los tránsitos del planeta frente al disco de la estrella bloquearon levemente la luz de una parte de la estrella. En esos momentos la luz que pasa a través de la atmósfera del planeta adquiere la firma de la atmósfera, de la misma forma en que la luz del Sol enrojece cuando pasa oblicuamente a través de la atmósfera de la Tierra al atardecer.

    Los astrónomos utilizaron el Hubble's Space Telescope Imaging Spectrograph (STIS) para medir la cantidad de atmósfera del planeta que filtra luz de la estrella. Verificaron una impresionante caída en la emisión de hidrógeno de la estrella. Esto se puede explicar con una enorme atmósfera recalentada y dilatada.

    La atmósfera exterior del planeta es calentada y expandida de tal manera por la estrella cercana, que comienza a escapar de la gravedad del planeta. "… es empujada hacia fuera por la luz de la estrella, extendiéndose en una larga cola hacia atrás (al lado nocturno) del planeta - como la de un cometa," dijo Alain Lecavelier des Etangs del Institut d'Astrophysique de Paris, CNRS, Francia. Calcularon que la cantidad de hidrógeno que escapa de HD 209458b serían a lo menos unas 10.000 toneladas por segundo.

    Los programas de búsqueda de planetas extrasolares han descubierto varios Júpiter calientes que orbitan sus estrellas demasiado cerca. Son planetas gaseosos gigantes que deben haberse formado en las frías regiones exteriores de su sistema estelar para luego caer en espiral a su órbita actual, (de una manera aun no aclarada del todo).

    El nuevo descubrimiento podría explicar porqué los Júpiter calientes orbitan generalmente a unos pocos millones de kilómetros de su estrella no encontrándoseles a menos de 5,5 millones de kilómetros de distancia. De hecho la menor distancia es de 5,7 millones de kilómetros. Los Júpiter calientes tienen órbitas de unos tres días, pero no menos. Tal vez la evaporación de la atmósfera juega un rol importante al establecer un límite interior para las órbitas de los Júpiter calientes.

    HD 209458b tiene un diámetro de 1,3 veces el de Júpiter, y dos tercios de su masa. Su órbita es la octava parte de la de Mercurio alrededor del Sol. La estrella en torno a la que orbita es similar a nuestro Sol y está a 150 años luz de la Tierra. Es visible con binoculares como una estrella de séptima magnitud en la constelación de Pegaso. Esta estrella se hizo famosa en 1999, cuando algunos astrónomos vieron como HD 209458b pasaba frente de su estrella, eclipsándola parcialmente. Fue el primer tránsito de un planeta extrasolar confirmado jamás descubierto. El año 2001 se detectó, también con el Hubble, sodio en la parte más baja de la atmósfera de HD 209458b, el primer elemento confirmado en la atmósfera de un planeta extrasolar.

    El equipo de astrónomos europeos que incluye a Michael Mayor (Geneve Observatory, Switzerland) el descubridor del primer planeta extrasolar , usó al Hubble para observar tres tránsitos del planeta frente a la estrella. Las observaciones del envoltorio de hidrógeno atómico se realizaron en la luz ultravioleta (Lyman-alpha) con el STIS del Hubble. Este tipo de observaciones con luz ultravioleta sólo puede realizarse con el telescopio Hubble, aprovechando su ubicación sobre la atmósfera.




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    es el escritor científico Jorge Ianiszewski R.


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