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FISICA

SINTETIZAN AMINOACIDOS COSMICOS EN LABORATORIO



MEDIDA LA VELOCIDAD DE LA GRAVEDAD

SINTETIZAN AMINOACIDOS COSMICOS EN LABORATORIO




(8 Enero, 2003 New Scientist - CA) El martes 7 recién pasado, en una reunión de la American Astronomical Society realizada en Seattle, Estados Unidos, dos científicos informaron que por primera vez en la historia, lograron medir la "velocidad de la gravedad" y que sus resultados revelaron que una vez más Einstein estaba en lo cierto: la gravedad se transmite a la misma velocidad que la luz.

Isaac Newton suponía que la gravedad se transmitía instantáneamente, pero Einstein asumió que se transmitía a la velocidad de la luz, poniendo este valor en su Teoría General de la Relatividad de 1915.

Que la gravedad se transmita a esta velocidad significa que si el Sol desapareciera en este instante del centro del Sistema Solar, la Tierra permanecería por otros 8,3 minutos girando a su alrededor, el mismo tiempo que le toma a la luz en llegar hasta nosotros. Pasados los cuales, veríamos que junto con que el Sol desaparece, saldríamos disparados a 108.000 km/hora en línea recta.

A pesar que basándose en lo expuesto por Einstein se suponía que la luz y la gravedad debían tener la misma velocidad, los intentos por comprobarlo habían sido hasta el momento infructuosos, habiéndose construido inmensas instalaciones para detectar las “ondas gravitacionales” transmitidas por objetos y que hasta el momento no han arrojado resultados concretos. Estas dificultades se deben a las características y la forma en que se transmite la gravedad.

Steve Carlip de la Universidad de California Davis, aseguraba que la velocidad de la gravedad no puede ser medida directamente en el laboratorio, “debido a que las interacciones gravitacionales son muy débiles”. Proponiendo que las mediciones deben deducirse de observaciones astronómicas, utilizando el cosmos como laboratorio.

Eso es justo lo que hicieron los científicos Sergei Kopeikin de la Universidad de Missouri y Ed Fomalont del National Radio Astronomy Observatory, utilizaron un método mucho menos costoso. Kopeikin, de nacionalidad rusa y formado en la histórica Academia de Ciencias de la Unión Soviética, comenzó reformulando las ecuaciones de la relatividad para expresar el campo gravitacional de un cuerpo en movimiento en función de su masa, velocidad y velocidad de la gravedad.

En el caso de Júpiter, si se pudiera medir su campo gravitacional, conociendo su masa y velocidad, se podría deducir la velocidad de la gravedad.

Para ello aprovecharon la oportunidad que surgió en Septiembre del año pasado, cuando Júpiter pasó justo frente a un cuasar que emite potentes señales de radio. Organizando una campaña mundial de observación, se midieron los cambios aparentes de la posición del cuasar a medida que el campo gravitacional de Júpiter curvaba sus ondas de radio.

"Fuimos los primeros en saber cual era la velocidad de la gravedad, una de las principales constantes de la naturaleza", aseguraron los científicos en una entrevista otorgada a la revista New Scientist. Una de las principales consecuencias del resultado, es que pone restricciones a las teorías de las "p-branas", tan cara a Hawkings y que sugieren que el Universo tiene más dimensiones espaciales que las tres que conocemos todos. Esta teoría, al proponer la existencia de dimensiones espaciales enrolladas a tamaños muy reducidos daban la posibilidad que la gravedad tomara alguna cortada por estas dimensiones extras pareciendo viajar más rápido que las luz, sin violar las ecuaciones de la Relatividad General.

La mayoría de los físicos presentes, concordaron que si el resultado de hubiera sido distinto, el impacto sería devastador.



SINTETIZAN AMINOACIDOS COSMICOS EN LABORATORIO


Laboratorio para fabricar aminoacidos cósmicos

(29/03/02) Investigadores de la NASA revelaron hoy los resultados de un estudio en el que se sintetizaron aminoácidos, los componentes integrales de las proteinas que son parte vital de todos los seres vivos, se han sintetizado en condiciones semejantes a las presentes en el espacio profundo. El estudio se publicará en el número del 28 de marzo de la revista 'Nature.'

El equipo de astrobiólogos del Centro de Investigación NASA Ames en California dirigió un rayo de luz ultravioleta a través de un medio semejante al hielo, que se encuentra comunmente en el espacio sideral. Este 'hielo' está compuesto de moléculas sencillas en una matriz acuosa las que, a consecuencia de la irradiación con luz ultravioleta, reaccionan para producir aminoácidos.

"Este hallazgo podrá avanzar el conocimiento presente sobre el origen de la vida," dijo Max Bernstein, investigador principal y químico en el Centro de Investigación NASA Ames y el Instituto SETI. "Hemos descubierto que en las densas nubes interestelares donde los sistemas planetarios y las estrellas se forman, amino acidos también se pueden sintetizar. Nuestro estudio sugiere que dondequiera hay estrellas y planetas se deben encontrar amino ácidos."

Los amino ácidos detectados (glicina, alanina, y serina) son partes fundamentales de las proteinas. Estas son componentes estructurales y funcionales básicos en todos los seres vivos.

Los amino ácidos producidos en el laboratorio de NASA Ames son semejantes a aquéllos existentes en meteoritos donde abunda el carbono. Los meteoritos son fragmentos de asteroides y cometas que han penetrado la atmósfera terrestre. Expertos en el campo opinan que la semejanza química entre los amino ácidos sintetizados en el laboratorio, y aquéllos descubiertos en meteoritos, sugiere que éstas moléculas vitales se pueden haber originado en el espacio profundo anteriormente a la formación del sistema solar.

"Este hallazgo sugiere la posibilidad de que amino ácidos provinientes del espacio popularon la tierra primeval," dijo Jason Dworkin del Centro de Investigación NASA Ames y el Instituto SETI, añadiendo, "Puesto que nuevas estrellas y planetas se forman constantemente en las mismas nébulas en las que amino ácidos se están sintetizando continuamente, ésto sugiere la probabilidad de que seres vivos hallan evolucionado en otros planetas."

"Tomados conjuntamente, éstos resultados sugieren que procesos químicos de origen extraterrestre efectivamente pueden haber jugado un papel importante en proporcionar los materiales orgánicos necesarios para iniciar el proceso de biogénesis en la tierra," concluyó Dworkin.

Con el fin de llevar a cabo éstos experimentos, el equipo de investigadores de la NASA simuló condiciones tales como las que se encuentran en el espacio. Este proceso se logró congelando mezclas de moléculas (como alcohol de madera y amonia) los que abundan en las nébulas interestelares, y luego irradiando el 'hielo' resultante con luz ultravioleta.

Anteriormente, el equipo demostró que el proceso de irradiar substancias semejantes al 'hielo' interestelar resulta en la formación de compuestos designados 'ambifilos' (amphiphiles), los que tienen la capacidad de agruparse para formar membranas; y moléculas designadas quinonas las que juegan un papel importante en el metabolismo de los seres vivos. El paso siguiente, dicen los investigadores, es aclarar el asunto de que aunque amino ácidos existen en el espacio en las dos formas posibles las que son imágens en el espejo unas de las otras o estereoisómeros, en la tierra éstas moléculas solo existen en una forma.

El equipo de investigadores, todos del Centro Ames de Investigación de NASA, incluye a los doctores Max Bernstein, Louis Allamandola, George Cooper y Scott Sandford.

Más detalles, en inglés; sobre éste estudio.

Ilustración: Laboratorio para fabricar aminoacidos cósmicos.

Fuente: Centro Ames de Investigación de NASA




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El autor y responsable de estas páginas
es el escritor científico Jorge Ianiszewski R.


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