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MATERNIDAD ESTELAR EN PEQUEÑA NUBE DE MAGALLANES (21 feb. 2007)
 
LA HÉLICE: EL OJO DE UN CONEJO CÓSMICO (15 feb. 2007)
 
CENIZAS ASIMÉTRICAS (5 Dic. 2006)
 
OBSERVAN NACIMIENTO DE PLANETAS (6 Octubre, 2006)
 
ESTRELLA GIRA AL BORDE DE LA DESINTEGRACIÓN (28 Sept. 2006)
 
ESTRELLA RS OPHIUCHI A PUNTO DE ESTALLAR
 
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DESCUBREN TRIO DE PLANETAS EXTRASOLARES (15 Mayo, 2006)
 
EXPLORAN EL INTERIOR DE UNA ESTRELLA DE NEUTRONES (4 Mayo, 2006)
 
GLOBULOS DE BOK: OSCURAS MATERNIDADES ESTELARES (6 aBRIL, 2006)
 
DESCUBREN FRIA ESTRELLA CERCANA (22 Marzo, 2006)
 
LA VÍA LÁCTEA QUITA ESTRELLAS A MESSIER 12 (13 Febrero, 2006)
 
ESTRELLAS EXPULSADAS DE LA VÍA LÁCTEA (26 Enero, 2006)
 
TELESCOPIO GÉMINIS OBSERVA CAVERNA INTERESTELAR (9 Enero 2006)
 
OBSERVAN SIRIO B CON EL TELESCOPIO HUBBLE (2 Enero 2006)
 
PULSAR ESCAPA DE LA VÍA LÁCTEA (2 Sept. 2005)
 
RESUELVEN MISTERIO DE LA SUPERNOVA DE KEPLER (9/10 Octubre 2004)



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MATERNIDAD ESTELAR EN LA PEQUEÑA NUBE DE MAGALLANES
 


Cúmulo de estrellas azules en la PN Magallanes, Telescopio Espacial Hubble. Crédito NASA/ESA.

(21 Feb. 2007 NASA - CA) Esta nueva imagen del Telescopio Espacial Hubble de la NASA muestra un cúmulo de estrellas azules y brillantes recién formadas que han abierto una cavidad con su energía luminosa en el centro de la nébula donde nacieron, en la Pequeña Nube de Magallanes.

Nombre: NGC 602, N90
Descripción: Cúmulo estelar en región de formación estelar en la Pequeña Nube de Magallanes.
Posición (J2000): R.A. 01h 29m 31s / Dec. -73° 33' 15"
Constelación: Tucana
Distancia: Aproximadamente 196 000 años luz (61 kiloparsecs).
Dimensiones: Unos 3 arcominutos (180 años luz o 55 parsecs) de ancho.


Cometas extrasolares:

LA HÉLICE: EL OJO DE UN CONEJO CÓSMICO
 
El telescopio espacial Spitzer de la Nasa, registró polvo en torno a una estrella muerta, ubicada a unos 700 años luz de nuestro planeta.

La Nébula de la Hélice, vista en luz visible por el Telescopio Espacial Hubble y en Rayos X por el Telescopio Espacial Spitzer. Crédito NASA/CA.

(15 Feb. 2007 NASA - CA) Sorprendidos quedaron los astrónomos de la NASA cuando observaron lo que acababa de captar el telescopio espacial Spitzer: nada menos que una enorme cantidad de polvo alrededor de una estrella muerta.

La estrella se encuentra en el centro de la nebulosa planetaria de la Hélice, ubicada a unos 700 años luz de la Tierra en el sector sur de la constelación de Acuario. Un objeto famoso por la apariencia de un ojo gigantesco que le da la nube de gas que la rodea. Visto en infrarrojo la imagen adquiere aun mayor dramatismo al parecer el ojo de un monstruo colosal.

Imagen arriba: La Nébula de la Hélice, vista a la izquierda en luz visible por el Telescopio Espacial Hubble y a la derecha en Rayos X por el Telescopio Espacial Spitzer. Crédito NASA/CA.

“Nos sorprendió ver tanto polvo alrededor de esta estrella. Debe provenir de cometas que han sobrevivido a la muerte de su sol”, dijo Kate Su, astrónoma de la universidad de Arizona y autora del informe que será publicado por la revista Astrophysical Journal Letters.

Explicó que la nebulosa de Hélice se formó al morir una estrella similar a nuestro Sol y expulsar sus capas exteriores, previamente a hincharse y pasar por una etapa como una estrella gigante roja, cuyas capas exteriores podrían alcanzar incluso la órbita a la que se encuentra la Tierra.

Quedó en su lugar una estrella muerta, una enana blanca, vestigio del corazón de la estrella original, cuya temperatura superficial de 110.000 grados calienta el polvo y ioniza los gases expulsados. El polvo brilla entonces en luz infrarroja invisible al ojo humano pero que el telescopio espacial Spitzer está especializado en captar.

En la Nébula de la Hélice hasta ahora habíamos podido ver sólo lo que brilla en luz visible: el material ionizado más alejado de la estrella, que fluorece en el vacío interestelar.

A pesar que por ser la nebulosa planetaria más cercana a la tierra, los astrónomos la han estudiado desde hace años, nadie había detectado el polvo que orbita alrededor de la enana blanca en su centro. El Spitzer pudo captar el resplandor en infrarrojo de un disco de polvo, que vemos de frente, orbitando alrededor del cadaver estelar a una distancia de entre unas 35 a 150 unidades astronómicas.

Al comienzo Su y su equipo quedaron impresionados al ver el polvo, pues se suponía que cuando una estrella muere expulsando sus capas exteriores el polvo del sistema debiera de haber sido aventado. Luego de repetir las observaciones y comprobar que el disco de polvo seguía allí, tuvieron que acudir a nuevas interpretaciones.

Según los científicos, lo más probable es que el polvo de la nebulosa sea causado por las colisiones entre cometas en los límites externos de este sistema estelar. Hace algunos millones de años, antes que se formara la enana blanca y cuando la estrella brillaba como nustro Sol, sus cometas y planetas deben haber tenido armónicas órbitas a su alrededor. Pero al agotar su combustible e hincharse como una gigante roja habría calcinado y tragado los planetas interiores, mientras que sus planetas exteriores, asteroides y cometas habrían sido expulsados de sus órbitas chocando entre sí, como consecuencia de la alteración de sus órbitas producidas por la muerte de la estrella.

La existencia de estos cometas cayendo hacia la enana blanca vendría a explicar la detección de emisiones de Rayos X captadas en otra estrella enana blanca rodeada de polvo por varios telescopios orbitales.

Las Nebulosas Planetarias

Esta belleza cósmica no durará mucho, en unos 10 mil años las brillantes capas se habrán alejado tanto de la estrella que su brillo se desvanecerá a medida que los gases ionizados se recombinan con electrones, se hacen neutros y dejan de brillar. Quedará sólo la enana blanca y su corte de cometas enfriándose en la inmensidad del espacio.

Este tipo de objetos fueron llamados equívocamente nebulosas planetarias en el Siglo XVIII, por el descubridor de Urano, Sir William Herschel uno de los primeros astrónomos que la observaron con un telescopio, debido a que para el ojo humano muestra un color semejante al de Urano. Los colores que nos muestran estas imágenes son el producto de fotografías astronómicas tomadas con filtros de tres colores, que al sumarse muestran los colores reales con la que veríamos la nebulosa de encontrarnos muy cerca de ella y tener una vista particularmente sensible.

El telescopio espacial Spitzer es un observatorio espacial orbital infrarrojo enfriado criogénicamente, capaz de estudiar objetos que van desde nuestro Sistema Solar hasta las regiones más distantes del Universo.

El Spitzer es el elemento final del Programa de grandes observatorios de la Nasa, y -según esa agencia- constituye una pieza clave desde el punto de vista científico y técnico del nuevo Programa para la búsqueda astronómica de los orígenes del Universo.

El observatorio cuenta con tres instrumentos científicos capaces de tomar imágenes y espectros de 3 a 180 microness. Con su gran sensibilidad, su conjunto de detectores de gran formato y su alta efectividad, Spitzer ofrece una capacidad observacional sin precedentes. Fue lanzado en agosto del 2003 y se estima que seguirá operando sin inconvenientes hasta 2008.


Midiendo el Universo:

CENIZAS ASIMÉTRICAS
 
Recientes observaciones, realizadas desde Paranal, en Chile, indican que las explosiones de Supernovas Tipo Ia pueden ser asimétricas.

Impresión artística de una supernova de tipo Ia. ESO.

(5 Dic. 2006 ESO - CA) Desde que el astrónomo chileno Mario Hamuy, estableciera a fines de los 80s que la regularidad de la forma cómo se desarrolla un tipo de explosiones estelares llamadas Supernova Ia (SN Ia) permite que sean usadas como un indicador de distancias, su estudio es una de las áreas más activas de la astronomía.

Utilizando estas supernovas, que por su enorme brillo pueden ser vistas a distancias cosmológicas, dos equipos de astrónomos determinaron a fines de los 90s que el Universo se expande aceleradamente.

Sabemos que es difícil percibir la tridimensionalidad del Cosmos por lo que los astrónomos utilizan diversos métodos para intentar determinar distancias astronómicas. El más seguro es el del “paralaje”, donde por trigonometría se obtiene la tangente del ángulo formado por la Tierra - estrella – Sol, que puede medirse para estrellas ubicadas a distancias cercanas.

Las supernovas Ia están siendo utilizadas como patrones de distancia luminosos para distancias cosmológicas, luego de la calibración que logró realizar Hamuy y su equipo. Se observa su flujo luminoso y el tiempo en que este disminuye, para determinar su luminosidad intrínseca. Luego, se observa su luminosidad aparente y se integran estos valores a una fórmula para la dispersión de la luz en el espacio, obteniéndose la distancia a la supernova.

DETALLES DEL GRAN FINAL

Desde entonces las SN Ia son motivo de estudio, como el que un equipo de astrónomos del Observatorio Europeo Austral ESO realizó utilizando los poderosos instrumentos de Cerro Paranal. Intentaban descifrar la forma cómo ocurre la explosión de una supernova de este tipo, si la estrella se quema lentamente o revienta muy rápido. De las observaciones realizadas se desprende que la materia expulsada presenta asimetrías importantes en la periferia, mientras que en el centro hay una esfera casi perfecta, lo cual sugiere que la explosión se propagaría a velocidades supersónicas.

Los resultados se publican en la edición del 30 de Noviembre de Science Express, la versión on line de la revista de investigación Science. Los protagonistas del descubrimiento son Lifan Wang, de la Universidad A&M de Texas, y Dietrich Baade y Ferdinando Patat, de ESO.

"Nuestros resultados muestran claras evidencias de que la explosión de este tipo de supernovas ocurre en dos fases", afirma Wang. "Es un hallazgo de considerable importancia y potenciales implicaciones a nivel cosmológico".

Utilizando las observaciones de 17 supernovas tomadas durante un período de más de 10 años con el Very Large Telescope (VLT) de ESO (Región de Antofagasta, Chile) y el telescopio Otto Struve del Observatorio McDonald (Texas, EEUU), los astrónomos han podido reconstruir la forma de la nube de escombros lanzadas al espacio por la explosión de Supernovas de tipo Ia.

Se estima que las SN Ia se producen en sistemas binarios, donde una estrella enana blanca "se alimenta" de la materia que va robando a su estrella compañera. Pero la enana blanca no puede "engordar" indefinidamente. Cuando alcanza cierta masa crítica, se vuelve inestable y explota como supernova. Si bien el proceso está claro, durante mucho tiempo no ha resultado nada obvio el mecanismo que desencadena la explosión inicial ni la manera en que ésta se propaga dentro de la estrella.

Las supernovas observadas por el equipo de astrónomos ocurrieron en galaxias lejanas. Las enormes distancias cósmicas impiden obtener imágenes detalladas, incluso usando interferometría. Por ello, los científicos reconstruyeron la estructura de la estrella moribunda siguiendo otro método: a partir del estudio de la polarización de la luz que procede de ella.

La polarimetría se basa en el hecho de que la luz es una onda electromagnética y, como tal, oscila en determinadas direcciones. La reflexión o la dispersión de la luz pueden favorecer ciertas orientaciones del campo eléctrico y magnético en vez de otras. Esta es la razón por la que unos lentes de sol polarizados pueden reflectar la luz.

En el caso de la supernova, la luz -al dispersarse por los restos en expansión de la estrella- retiene toda la información sobre la orientación de las capas de material expulsado en la explosión. Si la supernova posee una simetría esférica, la radiación no tendrá una dirección preferencial, por lo que el balance total dará como resultado una polarización nula. En cambio, si la capa de gas no es esférica, una determinada dirección predominará y se quedará grabada en la luz.

En su investigación, los astrónomos encontraron que en las supernovas tipo Ia, la polarización continua es muy pequeña, por lo que forma general de la explosión es bastante esférica. Sin embargo, la mayor polarización en líneas de emisión muy corridas al azul indica la presencia en las regiones externas de estructuras de movimiento muy rápido y con una composición química peculiar.

"Nuestro estudio revela que las explosiones de supernovas de tipo Ia son un fenómeno realmente tridimensional", señala Dietrich Baade. "Las regiones externas de la explosión son asimétricas, con diferentes materiales encontrados en grumos, mientras que las regiones más internas se presentan más uniformes".

Baade agrega que este estudio fue llevado a cabo utilizando todas las potencialidades de la polarimetría, cosa que fue posible gracias al poder colector del VLT y la calibración extremadamente precisa del instrumento FORS.

El equipo de investigación detectó esta asimetría por primera vez en 2003, dentro de la misma campaña de observación. La novedad de este resultado radica además en la existencia de una relación entre el grado de asimetría y la luminosidad intrínseca de la explosión: cuanto más brillante la supernova, más uniforme y homogénea será la estructura del material expulsado.

"Esto tiene consecuencias sobre el uso de las supernovas de tipo Ia como candelas estándar [1]", dice Patat. "Este tipo de supernovas son utilizadas para medir la tasa de aceleración de la expansión del universo, bajo la hipótesis de que estos objetos se comporten todos de manera uniforme. Pero las asimetrías pueden introducir cierta dispersión en los valores observados".

"Nuestro descubrimiento plantea fuertes restricciones a cualquier modelo exitoso de explosión termonuclear de supernovas", añade Wang.

Los modelos indican que los "grumos" son producidos por un proceso de combustión lenta llamado deflagración, responsable de las trazas irregulares en las cenizas. La homogeneidad de las zonas internas implica que, en una determinada fase, la deflagración deja lugar a un proceso más violento, llamado detonación, el cual se propaga a velocidades supersónicas. Este es tan rápido que llega a borrar las asimetrías en las cenizas dejadas por la primera fase, produciendo así residuos más homogéneos.

[1] Se define como candela estándar un objeto cuya luminosidad intrínseca es conocida, lo que permite calcular la distancia a partir de la simple medición del brillo aparente. Otras características necesarias es que sea lo suficientemente brillante y abundante. Las supernovas son los indicadores de distancia más potentes del universo.


Desde el VLT:

OBSERVAN NACIMIENTO DE PLANETAS
 
Estrella presenta un extendido disco de polvo que parece contener suficiente gas y polvo como para engendrar planetas.

Impresión artística de una nébula. ESo.

(6 Octubre 2006 ES0) Mediante el instrumento VISIR del VLT (Very Large Telescope) de ESO, un grupo de astrónomos realizaron un mapa detallado de un disco de polvo alrededor de una estrella más masiva que el Sol. El disco, muy extendido e iluminado, parece contener suficiente gas y polvo como para engendrar planetas. Se asemeja al precursor de discos de escombros como los que encontramos alrededor de estrellas tipo Vega, por lo que este objeto proporciona una oportunidad excepcional de presenciar las condiciones que imperan antes o durante la formación de planetas.

Imagen arriba: Impresión artística de disco proto-planetario alrededor de la estrella HD 97 048.

“Los planetas nacen en grandes discos de gas y polvo que rodean a las estrellas en formación. Este proceso puede resultar bastante ubicuo, si tenemos en cuenta que se han encontrado planetas alrededor de más de 200 estrellas, además del Sol”, dice Pierre-Olivier Lagage, de CEA Saclay (Francia) y jefe del equipo que llevó a cabo las observaciones. “Se conoce muy poco sobre estos discos, especialmente los de estrellas más masivas que el Sol. Este tipo de estrellas son mucho más luminosas y podrían influir de manera considerable en sus discos, probablemente destruyendo a gran velocidad la parte más interna”.

Los astrónomos utilizaron el instrumento VISIR [1], montado en el VLT en Cerro Paranal (II Región de Chile) para realizar un mapa en el infrarrojo del disco circundante la estrella joven HD 97048. Con una edad de unos pocos millones de años [2], HD 97048 pertenece a la nebulosa oscura Camaleón I, un criadero de estrellas que se encuentra a unos 600 años-luz de distancia. La estrella es 40 veces más luminosa que el Sol y 2,5 veces más masiva.

Los astrónomos pudieron obtener una imagen tan detallada sólo gracias a la alta resolución angular ofrecida por un telescopio de 8 metros en el infrarrojo, alcanzando una resolución de unos 0,33 segundos de arco. Así se descubrió un disco muy grande, al menos 12 veces más extenso que la órbita de Neptuno, el planeta más alejado del Sistema Solar. “Es la primera vez que este tipo de estructura, predicha por varios modelos teóricos, es capturada en una imagen alrededor de una estrella masiva”, dice Lagage.

La configuración del disco es explicable sólo si éste contiene una gran cantidad de gas que, en este caso, se estima en al menos unas 10 veces la masa de Júpiter. Debería contener también más de 50 masas terrestres en polvo.

La masa de polvo calculada en este caso sería más de mil veces mayor que la observada en discos y estructuras similares al cinturón de Kuiper que se han descubierto en estrellas más viejas, tipo Vega, como, por ejemplo, Beta Pictoris, la misma Vega, Formalhaut y HR 4796. Se piensa que el polvo alrededor de estas estrellas es producido por colisiones entre cuerpos de mayor tamaño.

La masa de polvo observada en HD 97048 es parecida a la masa estimada para cuerpos que orbitan sistemas más evolucionados. De esta forma, el disco de HD 97048 es probablemente el precursor de los discos de escombros que se observan en estrellas viejas.

A partir de la estructura del disco, deducimos que podrían existir embriones planetarios en la parte interna”, señala Lagage. ”Estamos planeando efectuar observaciones a mayor resolución angular con el interferómetro del VLT, para despejar incógnitas”.


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El editor y responsable de estas páginas
es el escritor científico Jorge Ianiszewski R.

Derechos Reservados, 2007
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